La Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas (ATA), entidad que nuclea a los canales privados de televisión abierta de todo el país, manifiesta su preocupación debido a que su asociado TELEARTE S.A (canal 9 de Buenos Aires) se ha presentado, ante la Secretaría de Trabajo de la Nación, en un Procedimiento Preventivo de Crisis de Empresa previsto en la Ley Nacional de Empleo N° 24.013, como consecuencia de las graves dificultades de impacto laboral por las que atraviesa.
Esta situación pone sobre relieve la grave crisis por la que transita el sector. El actual contexto pone en peligro real la subsistencia de una industria de enorme valor social y cultural.
Los canales de aire y gratuitos son los únicos garantes de reflejar la realidad de una provincia, una región y nuestro país. Mostrando lo que ocurre a nuestro alrededor; en nuestro barrio, en nuestra ciudad, en la otra punta del mundo, minuto a minuto llegando a todos los hogares sin ningún tipo de restricciones económicas.
La caída de la inversión publicitaria, único ingreso de los canales abiertos, viene en un proceso de fuerte retracción agudizándose en los últimos meses agravado por el contexto económico nacional. Con reducciones nominales superiores al 30% de sus ingresos lo cual sumado al impacto de la inflación conlleva al sector a una situación crítica y de emergencia.
Este aspecto se añade al incremento de los costos de las empresas, las que son gravadas con regulaciones discriminatorias y asimétricas, además de las serias demoras en la cadena de pagos por parte de los anunciantes y las variaciones del tipo de cambio, variables que afectan la inversión en el equipamiento tecnológico necesario para la emisión y producción de contenidos. Como así también la falta de actualización de los convenios laborales que rigen la actividad, algunos de ellos con una antigüedad superior a los 40 años.
La televisión abierta argentina enfrenta serias asimetrías. Mientras da trabajo a más de 10.000 familias de manera directa e indirecta (entre actores, guionistas, directores, técnicos, periodistas, maquilladores, vestuaristas, escenógrafos, montajistas, editores, etc.) y tributa impuestos específicos, los nuevos competidores internacionales (señales extranjeras, OTT´s, plataformas de internet y redes sociales) no promueven la identidad y la cultura nacional, no generan empleos, no tributan impuestos en el país o cumplen con dichas obligaciones en forma mínima.
Es imprescindible la puesta en marcha de una serie de acciones que tiendan a la reconversión de la industria, restableciéndose estructuralmente la capacidad de generación de rentabilidad adaptando el marco normativo, equiparando las asimetrías existentes con los actores globales de gran escala, adecuando de manera urgente las regulaciones convencionales y alivianando la pesada carga de imposiciones sectoriales.
Atento a la gravedad de la cuestión, exhortamos a trabajar de manera conjunta a todos los actores involucrados, los canales de televisión, sus directivos y personal, los gremios de la actividad, las autoridades competentes del Poder Ejecutivo y los legisladores nacionales.